Sus fuerzas menguan, y, sin embargo, el lobo negro continúa atento, al acecho.
Los cazadores estaban seguros de que sería complicado cazar a este tipo de lobos, que son inmensos y además es un jefe de una manada. Lo que no esperaban era que se encontrara solo y antes de que su manada llegue a apoyarlo, deciden actuar.
— Todos atentos, vamos a pasar a la segunda parte del plan — Dice el jefe y los cazadores que continúan con vida, le responden de inmediato que se encuentran listos — Ahora, enviamos la primera carga —El sonido de una explosión aturde al lobo por un segundo, aunque logra moverse y no ser tocado por el artefacto.
— No lo ha tocado jefe — Dice uno de los hombres.
— Qué puta mala puntería. Lancen el siguiente ¡Ahora! —
El lobo no logra escuchar con claridad la orden que ha dado el hombre y la segunda explosión impacta con fuerza en su cuerpo.
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