Fabrizio
Los guerreros de Su Majestad se expandían mucho más allá de los territorios, y, mientras me acercaba, me di cuenta de que, sin duda, había habido un ataque. No tenía dudas de que, dentro del castillo, se estaban llevando a cabo reuniones con personajes importantes, quienes pudieran ofrecer cualquier tipo de ayuda. Aun así, no pude ocultar la felicidad de ver quién me recibió en la puerta.
—¡Fabrizio! —dijo ella con una gran sonrisa.
—¡Marina!
No había olvidado todos los días y noches que habíamos compartido en expediciones y búsquedas. Marina había pasado por muchas cosas, pero ahora estaba en su mejor momento.
—¿Tienes tiempo para nosotros, tus viejos amigos? —pregunto mientras me tomaba del brazo y entrábamos al castillo.
—Siempre tengo tiempo para ustedes —contesta. Su Majestad hizo un llamado desesperado a sus aliados y ella vino en representación de Comillas Blancos, la manada más fuerte y la principal aliada.
—Cuéntame lo que sepas.
—Hubo un ataque de vampiros mercenar