Celeste
—Han sido los meses más largos del mundo —dijo Alaric, masajeando mi cintura y cadera. Va suavemente por mi espalda y yo controlo mis suspiros. Se siente tan bien sus manos sobre mí. Estoy tan cansada y solo él me consuela.
—¿Te sientes mejor? —pregunta preocupado mientras acaricia cada espacio libre de mi piel.
—Sí, es solo que siento que ella puede venir en cualquier momento.
Bianca. Todas las mujeres de nuestra familia tenían nombre de colores. Sentí el fuego en la punta de mis dedos y ya había provocado varios accidentes. El fuego era poderoso, el contrario de mi propio elemento, y complementaba la tierra, que era el de mi rey. La tierra y el fuego podrían crear cosas maravillosas decía Nana.
—Has llevado esto con tanta valentía y fuerza, mi cielo. Me siento tan orgulloso de ti.
Mi mate estaba cada vez más ansioso y sobreprotector. Los primeros días habían sido escandalosos, Alaric simplemente no lo podía creer. Índigo decía que éramos hechiceras, que teníamos un poder dife