Eva
—¡Vamos, Magnus!
—¡Tú puedes! — Las hechiceras, Adriana y el Duque habían trabajado en conjunto para traerlo de vuelta.
—Sé que tienes miedo. Yo también tuve miedo al salir al mundo, pero es mejor que estar atrapado —le decía al vampiro, y parecía que hasta lo entendiera. —Por supuesto que tu lugar es aquí, con nosotros. Todos queremos conocer tu historia. Fuimos presos de Valerius, pero él ya está muerto y tenemos derecho a tener nuestra vida.
El trabajo de las hechiceras había sido fantástico. Yo, estaba absorta por sus dones. Cielito era muy poderosa, pero cada una, tenía algo especial. Su Majestad había habilitado un espacio especial para que las más jóvenes practican. Margarita había creado una biblioteca para que ella y los demás cerebritos se dedicaran a estudiar e investigar.
—Vamos a intentarlo más tarde con mi poder —dijo Ágata. Sabía que podía meterse de alguna forma en la mente de las personas, como si el aire pudiera colarse por todas partes. Aterrador, pero funcion