Fue en este espacio donde Emma y Amélie fueron recibidas por el editor.
—Siéntense, queridos míos —murmuró.
Las dos jóvenes ocuparon sus lugares en las sillas destinadas para ellas.
– Bienvenida, señorita Emma, futura escritora llena de talento.
– ¡Gracias querido editor!
– En cuanto a usted, señorita Amélie, como le dije hace unas horas, leí el manuscrito de su compañera y debo decir que su escritura es magnífica. Sinceramente me gustó mucho y aprecio su trabajo. Ella hizo un gran trabajo. Pensé que tendría que enviar el manuscrito a nuestro departamento de corrección, pero afortunadamente está perfecto. ¡Incluso sentí que habías contribuido a este trabajo! ¿No es así?
Amélie miró a su compañero y se echó a reír.
– ¡Emma no está nada mal! No contribuí mucho a su libro. En cualquier caso, ¡escribe muy bien!
- Bueno, ¡felicitaciones! Ahora, después de estudiar el libro, creo que es hora de comenzar el proceso. Ya tenemos varios libros preparados, pero voy a pedirle a nuestro departamen