Una fuerza en mi interior me gritaba que no debería de estar allí, que no quería hacer esto, que estaba junto a la persona correcta y que debía de continuar luchando, incluso aunque ella dijera que quería esto. Luego de que Marcelene me dijera que estaba enamorada de mí, toda aquella frialdad que quería comenzar a aflorar en mí desapareció, en ese momento vi en sus ojos una mujer llena de miedos, una mujer que había recibido demasiado daño con el paso de los años y que no quería volver a pasar por lo mismo. Me sentí culpable, porque en el fondo parte de la culpa de que ella hubiera pasado malos ratos era mía, pero también sentía que todo el esfuerzo que estaba haciendo para cambiar su percepción de mí no estaba surtiendo efecto. Ahora nos encontrábamos allí, parados en un círculo de velas, en frente a una niña pequeña, haciendo un ritual que ni siquiera teníamos por sentado, que daría un resultado y sentía un profundo miedo. No era miedo de que nos fuéramos a transformar en rana,
No logré dormir en toda la noche, mis pensamientos estaban en las palabras que había dicho aquella mujer, almas destinadas a ser, un hechizo que no podía romperse y un destino que estaba marcado desde antes de nacer.Me parecían irreales, pero igual me había parecido irreal ver a una niña atravesar el fuego y que nada le hubiera ocurrido tras hacerlo. Podría creer que eran llamas falsas, pero el calor que desprendían, yo había estado allí y eso era real, como era de real saber que a pesar de haberlas atravesado no tenía ni un rasguño.Sin embargo, a pesar de que dijeran que estaba destinado y que teníamos un futuro en común marcado, yo nunca fui creyente en eso del destino. En mi mente siempre creí que eso era una tontería, que era uno el que decidía que era lo que quería para sí mismo y ahora no empezaría por esto a creer en fantasías, así que tomé la decisión de seguir adelante.Como había sido acordado al llegar de regreso al edificio de Maxwell tuvimos una conversación, pero lo vi
No pude dormir bien en toda la noche por estar pensando en Marcelene, ella seguía diciendo que debíamos de estar lejos, pero ahora más que nunca quería quedarme con ella, tenía planes para nuestra vida.Estaba recostado mirando el techo, me costaba incluso la idea de levantarme de la cama para volver a mis obligaciones habituales solamente de pensar que no volvería a estar con ella. Entonces me llegó un mensaje y dejé a un lado los pensamientos para ver de quién se trataba.Era un mensaje de Thom, algo que para mí ya no era una sorpresa, toda esta situación nos había vuelto más cercanos. “Jess está un poco preocupada por Marcelene, así que me pidió que hablara contigo, yo sinceramente no sé si te estoy ayudando o perjudicando a estas alturas, pero esto se salió de mis manos. Marcelene
Jess se había quedado molesta por la decisión que había tomado, sabía que había sido ella la que le dijo a Maxwell en donde podría encontrarme. Esa mañana mientras me había metido a la ducha ella había entrado en mi habitación y mientras iba de saliendo de la ducha la vi, claro que me hice la tonta al ver que estaba con mi móvil.Su mejor excusa había sido que venía a buscar una blusa que me había prestado, Jess jamás me pedía que le devolviera nada de lo que me prestaba, aunque si no fuera porque la había visto, pensaría que lo hacía solamente a consecuencia de su molestia.Luego del encuentro que había tenido con Maxwell, que aunque debía de decir que tenía ganas de irme con él me había negado a hacerlo. Me regresé un poco desanimada, entonces me encontré con la sorpresa de que Jess me estaba esperando en la sala.Tenía dos maletas armadas, aquello me causó un poco de temor, me quedé petrificada mirando aquello porque una de ellas era mi maleta, pensé que quizá se había arrepentido
La vida, castigo divino, como quieran llamarle, pero no me merecía esto, al final mi día no había comenzado como lo esperaba y probablemente tampoco terminaría de una muy buena manera. No había bastado con el hecho de que tuviera que estar soportando los enojos de Cecily, siempre que se molesta opta por hacer un poco más de lo mismo, sentarse en el coche todo el camino de brazos cruzados mirando a la ventanilla y sabe perfectamente que eso me fastidia.Puedo comprender su enojo, pero realmente la vida no me había colaborado en nada, ¿de qué tenía la culpa yo? No había elegido que una de mis empleadas creara una extraña obsesión conmigo, de hecho ni siquiera me había dado cuenta de ese hecho hasta esta mañana cuando toda mi vida comenzó a fluir de mal en peor.Ella lo había planeado todo y yo iba por la vida, incrédulo, creyendo que a cualquier empleada se le podría torcer un tobillo, estaba tan eufórico por un contrato que conseguí para la empresa, que se lo logré robar a la empresa
No había nadie en este mundo al que odiara más que a él, su porte arrogante, su sonrisa llena de sarcasmo, su actitud prepotente. Maxwell Jenkins me las pagaría, por hacer de mi vida un infierno en cada oportunidad, no le dejaría salirse con la suya.Había robado un proyecto en el que había trabajado por meses, siempre fui una mujer dispuesta a hacer mis mayores esfuerzos como CEO, tenía suficiente con la presión de ser una mujer en la industria a la cual siempre le dijeron que no podía hacerlo bien.Ahora tras perder ese cliente, mi padre amenaza con quitarme de la empresa, dice que no estoy capacitada para lidiar con la competencia, lo que me hace sentir como una inútil y todo es su culpa.Luego de haber tenido un día de mierda en la empresa, no podía sacarme el recuerdo de su sonrisa sarcástica de mi mente, siempre que lo veía era recordar un montón de sucesos que me han llevado a odiarle, siempre como todo hombre queriendo quedar por encima, pero ahora le tocaba conocer un poco má
No había podido dormir en toda la noche, me sentía como tal vez nunca en mi vida me había sentido y no lograba entender cuál era la verdadera razón. ¿Por qué no podía dejar de pensar en ese beso? Era algo que no debía de haber sucedido, sin embargo, a pesar de saber que estoy con Cecily no dejaba de pensar en ella.Mi pecho se sentía aplastado, quería verla. Ella siempre había estado en mi entorno, en el mismo instituto en el que estudié, en las reuniones de familia, ella siempre había estado, pero jamás había puesto mi mirada en ella.No puedo decir que era entendible que no lo haya hecho, tiene un cabello rubio rizado precioso, unos ojos verdes hipnóticos, la mayoría de hombres cuando la ven pasar se quedan viéndola, todos menos yo, que siempre estuve ciego.Lancé un cojín al suelo furioso, no lo comprendía, ¿qué era este sentimiento alojado en mi pecho?Me quedé en la misma posición, ni siquiera me quería levantar de la cama, pero no tenía demasiadas alternativas, tenía que ir al t
Mi vida se había visto arruinada en un segundo, mientras tenía en frente a un hombre que no terminaba por entender, terminaban por ser piezas que no encajan.Esto me llevaba a preguntarme si era una simple diversión o si quería ver mi vida hecha añicos, si pretendía arruinar mi matrimonio para que no pudiera quedarme con la empresa y así librar su camino.—¡Tienes que arreglar esto! —digo furiosa tomándolo por su camisa.Él se queda mirando mi rostro, sus ojos fijos en mi rostro y me quedo paralizada, sin siquiera poder pasar saliva.—No puedo hacer eso, no voy a arreglarlo Marcelene, no quiero verte con otro hombre —sentencia con firmeza.Veo en su rostro la sinceridad, ¿acaso perdió la cordura? Nada de lo que estaba sucediendo tenía sentido.—No entiendo que es lo que me pasa cada vez que te tengo cerca de mí, pero tampoco puedo comprender que es lo que me pasa cuando estás lejos, no dejo de tenerte en mi cabeza todo el tiempo y eso me resulta tan molesto —confiesa con la confusión