No escapará
Alessio
Movía el bolígrafo en mis manos con ansiedad. Algo no estaba bien. Era quizás osado de mi parte decir aquello, pues con mi jugada de anoche había dañado a más de una persona.
Deyna irrumpió en mi oficina de manera precipitada —nunca hizo algo así— y ahora parecía angustiada.
Eso me daba mala espina y la impresión de que su actitud tenía que ver con Gina.
—Se fue —soltó de repente—. Dejó su renuncia y se fue.
Sentí cómo la rabia comenzaba a crecer en mi interior.
—¿Y la dejaste ir así sin más? —Miré a aquella mujer frente a mí con ira.
Ella seguía con la mirada en sus pies.
—No me anunció nada. Recogió todas sus cosas y se marchó.
No pude evitar golpe