Capítulo 7. Al abrir los ojos
ELENA
Abrí los ojos lentamente. Por un instante, no supe dónde estaba. Y entonces lo sentí. El calor de su cuerpo junto al mío, su brazo sobre mi cintura y su respiración.
Era Lycan.
Estaba allí, a mi lado, profundamente dormido. Su cabello oscuro, estaba todo revuelto, le caía sobre la frente, y sus labios entreabiertos dejaban escapar un suspiro. Lo observé sin moverme, con el corazón acelerado. Pero mi tranquilidad duró muy poco.
Me puse nerviosa al notar la luz de sol, ya había comenzado a salir, y yo no me había dado ni cuenta. Me había quedado dormida abrazada a Lycan con mi cuerpo aún entrelazado con el suyo. Tenía que irme, quería ver el rostro de mi padre cuando le diera la noticia.
Lentamente, empecé a deslizarme fuera de la cama. Su brazo cayó suavemente sobre las sábanas cuando logré liberarme, y por un momento temí que despertara. Pero no lo hizo.
Me incorporé descalza, y recorrí la habitación con la mirada. Mi ropa estaba esparcida por el suelo. Me agaché y comencé a re