Capítulo 20. Flores en el pelo
ELENA
—Bueno, hermana —dije, dándole una palmada en la rodilla—. Cuéntanos, y no te saltes los detalles jugosos.
Adriana soltó un suspiro. Nos miró con esos ojos chispeantes, como si estuviera a punto de abrir una puerta que llevaba años cerrada. Lycan se cruzó de brazos, serio pero curioso, y Natalia se inclinó un poco hacia adelante.
—No sé por dónde empezar —susurró Adriana, con una sonrisa temblorosa—. Es una historia que enterré hace mucho.
—Tenía once años —comenzó—. Era primavera. El bosque detrás de la casa estaba lleno de flores silvestres. Me escapé, como siempre, porque mamá estaba ocupada y papá… bueno, papá no quería que saliéramos sin permiso. Pero yo lo hice igual. Me puse mi vestido blanco, el que tenía bordados en el cuello, y salí con una cesta pequeña para recoger flores. Me alejé más de lo normal, siguiendo un camino que no conocía. Y entonces lo vi.
—¿A quién? —preguntó Natalia intrigada.
—A un niño. Tendría unos catorce años. Estaba sentado sobre una roca, con l