«¡Ja… ja… ja!»
De repente, Edward estalló en una carcajada estruendosa, sorprendiendo a los invitados que aún permanecían en silencio. Todas las miradas volvieron hacia él, preguntándose cómo podía reír en un momento tan crítico.
Erick permanecía erguido, con el rostro frío e imperturbable. A su lado, Ruby bajó la cabeza, el corazón golpeándole con fuerza.
Edward se dio golpes en el pecho mientras seguía riendo.
«¡Qué gracioso! ¿Así que el hombre con el que Ruby se casó en el registro civil resulta ser Erick Bastian? ¿El heredero de la gran familia mantenido en secreto del público? Ah, qué ironía.» Se acercó, señalando a Ruby con desprecio.
«Así que es cierto, Ruby Wilson solo pudo conseguir un hombre por casualidad. Sin eso, no eres más que una fracasada a la que abandonaron en el altar.»
Emilia lo acompañó con su risa aguda y burlona, que perforaba los oídos.
«¡Exacto! Todo el mundo sabe que Ruby siempre corría detrás de Edward y fue rechazada. Y ahora, mírenla: solo pudo casarse co