POV : Alexander Líbano
Estaba solo en la penumbra de mi oficina, viendo cómo la lluvia golpeaba los cristales. Cada gota parecía recordarme que la calma antes de la tormenta es solo un engaño. La mansión estaba silenciosa, pero en mi mente se formaba un plan que rompería cualquier paz que ellos creyeran haber recuperado. Aslin estaba allí, en esa foto feliz, con Carttal y esos niños que nunca debieron existir, y la rabia mezclada con un extraño placer recorría mi cuerpo. Era momento de actuar.
Apolo apareció de la sombra, silencioso como un fantasma, con esa sonrisa que siempre me irritaba. Su sola presencia bastaba para que supiera lo que pensaba. Su voz, baja y segura, rompió el silencio.
—Alexander… esta vez no podemos fallar. Si dejamos que Carttal siga con vida, arruinará todo. Debemos tomarla o… eliminarla.
Lo miré fijo. Sus palabras no eran nuevas, pero la fuerza de lo que decía me daba más claridad. Sentí cómo se tensaba mi mandíbula.
—Si matas a Aslin … —empezó, dudando—… ¿