POV: Aslin Ventura
El taxi nos dejó justo frente al edificio. Me quedé unos segundos mirando la fachada, respirando hondo, como si necesitara convencerme de que estaba haciendo lo correcto. Este lugar era mío. Lo había comprado hace años con mis ahorros, casi en secreto. Pensé que nunca lo usaría, pero hoy... hoy me salvaba la vida.
Agradecí en silencio haber tenido ese instinto. Porque si no fuera por este pequeño departamento, no tendría a dónde ir.
Los niños se frotaban los ojos con sueño, agotados por el caos de la tarde. Noah apenas podía mantenerse en pie, y Liam se aferraba a mi pierna mientras Isabella pedía brazos con un quejido suave. No podía cargar a los tres, pero lo intenté igual. Los abracé con fuerza mientras cruzábamos el vestíbulo, y sentía mi corazón acelerarse con cada paso. Miraba por encima del hombro, temiendo ver a uno de los hombres de Alexander salir de las sombras, atraparnos, arrastrarnos de vuelta a ese infierno.
Pero no pasó.
Subimos. Entramos.
Y por prim