POV : Tercera persona
—No puede ser… —murmuró Ethan, sintiendo que la garganta se le cerraba.
Parpadeó varias veces, como si eso pudiera cambiar lo que tenía frente a sus ojos. Pero no, no era una ilusión. No era un truco de su mente ni una broma cruel del destino. Era él. Era Carttal.
Llevaba un traje negro ajustado, cubierto parcialmente por un abrigo largo que ondeaba con el viento y el movimiento. Bajo la tela, se alcanzaban a notar los vendajes apretados que cubrían su torso, una señal clara de que no estaba completamente recuperado. Y, sin embargo, ahí estaba, de pie, con la mirada firme, el rostro serio y un rifle en las manos. Vivo. Desafiando toda lógica.
Ethan se quedó inmóvil por un instante, incapaz de reaccionar, hasta que escuchó su voz.
—¿Vas a quedarte ahí o me vas a ayudar a salir de esta? —dijo Carttal, con una pequeña sonrisa cansada, mientras levantaba su arma y abría fuego contra los hombres de Alexander.
Los disparos de Carttal fueron certeros. Rápidos. Letales.