Al día siguiente, Wulliam se despertó muy feliz. Era increíble cómo hablar las cosas podía despejar tantas dudas y aliviar tanto peso en el corazón. Durante el desayuno, seguía sonriendo con orgullo, aunque Benjamín no perdió la oportunidad de hacerle un par de bromas.
—Así que, William, ¿ya tienes novia oficial o todavía estamos en negociaciones? —pregunta Benjamín con una sonrisa pícara mientras le servía más jugo.
—¡Papá! No es mi novia… —William rodó los ojos, pero el rubor en su rostro lo Winnie soltó una risa suave mientras acomodaba los platos.
—Déjalo en paz, Benjamín. Por lo menos nuestro hijo está aprendiendo a comunicarse mejor que tú a su edad.
—¡Hey! Yo no era tan bueno, pero era un genio en matemáticas y a las chicas les encantaba cuando resolvía los problemas matemáticos. Más de una me pidió amores pero era tímido—Benjamín se llevó una mano al pecho, fingiendo ofensa.
—Sí, claro, "experto". Me enteré que te tomó semanas juntar el valor para invitarme a salir — ambos est