Winnie frunció el ceño, observando a la mujer frente a su casa. No era cualquier persona, sino la exnovia de Benjamín, Wanda.
Se preguntaba qué hacía ahí, a pesar de haber pasado tanto tiempo desde que lo había dejado, justo cuando todo parecía estar bien, cuando finalmente sentía que su familia estaba completa y tranquila. ¿Por qué volvía ahora?
Desde la ventana, Winnie observó a Benjamín abrir la puerta con cautela, como si estuviera preparado para cualquier cosa. Wanda, con su cabello rubio, suelto, y esa mirada que solía ser tan familiar para él, parecía tener una mezcla de arrepentimiento y cálculo. Winnie pudo notar que es muy linda, pero no confiaba ni un poco en ella. Su marido había vivido la traición en carne propia y sabía que, detrás de su dulzura, Wanda aún tenía mucho que ocultar.
—Benjamín... —dijo Wanda con una voz suave, pero suficiente para que Benjamín la escuchara. No necesitaba levantar la voz; siempre había tenido esa capacidad de captar la atención con su tono m