Julia creyó que el comentario de Alicia estaba dirigido a Andrés y le contestó.
—Has sufrido durante todos estos años —dijo Andrés, consolando a Alicia.
—No me importa —repuso Alicia con una sonrisa, mientras movía el girador de la mesa y alcanzó la ensalada.
A continuación, sirvió algunas verduras en el plato de Andrés mientras decía:
—Andrés, no puedes seguir saltándote las verduras, esta ensalada sabe bien, ¡pruébala!
Andrés miró a Julia, que observaba la escena, inexpresiva, como si no le importara mucho.
—Bien —respondió, llevándose un bocado de ensalada a la boca.
Julia se rio burlonamente. Ella sabía que Andrés era una persona con un serio trastorno obsesivo-compulsivo. En el pasado, para conseguir que comiera verduras, ella se levantaba temprano para envolverle una ensalada, mientras le decía:
—Andrés, cómete antes de irte. Tardé mucho en prepararla. Tiene salmón y está muy sabrosa.
—Yo no como comida que otras personas han tocado —respondía Andrés, cada vez, acompañando sus