Capítulo 579
Andrés, con el rostro sombrío, se acercó para abrazarla. —¿No tienes miedo? Si realmente vas a prisión, ¿crees que tu débil cuerpo podrá soportarlo?

—Si no puedo soportarlo, mejor morirme —parecía que ya nada le importaba y soltó una risita.

Andrés se estremeció y besó su cabello. —¿Cómo voy a dejar que mueras? No digas tonterías. Descansa bien aquí, iré a ocuparme de este asunto.

Se disponía a marcharse cuando Julia lo llamó: —Andrés.

Él se giró y Julia lo miró fijamente, sus pupilas negras como el azabache. —No necesito más tu ayuda.

Cuando iba a responder, ella continuó: —Desde el día en que te convertiste en su cómplice, dejé de necesitar que hicieras algo por mí. Nada de lo que hagas me conmoverá. Ustedes son los responsables de la muerte de mi padre, y nunca los perdonaré.

Julia pronunció estas palabras con total serenidad.

Andrés sintió que se le cerraba el pecho y volvió a abrazarla. —No es así, las cosas no son como piensas.

—¿Entonces cómo son? —Julia alzó la mirada—. Dímelo.
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