—De acuerdo— respondió Emilia.
Al día siguiente, Julia fue despertada por el sonido de su teléfono móvil.
Lo tomó adormilada y vio en la pantalla “Andrés”.
Debe de ser algo importante.
Julia contestó, con la voz suave y somnolienta, con el perezoso aire de la mañana,
—Hola.
Andrés guardó silencio.
—¿Hola? ¿Por qué no dices nada? ¿Te has equivocado de número?— dijo Julia, a punto de colgar.
Andrés finalmente habló:
—Necesito ir al baño.
Resulta que quería usar el baño por la mañana temprano.
Julia comprendió y asintió,
—Voy en seguida.
Se levantó de la cama, se frotó los ojos y se dirigió al dormitorio principal.
Andrés escuchó el movimiento, levantó la mirada y la vio acercarse. Ella llevaba un camisón rosa pálido y se veía encantadora mientras caminaba hacia él a la luz del amanecer.
La mirada de Andrés se volvió más profunda.
Julia se inclinó hacia él y preguntó:
—¿Necesitas ir al baño?
—Sí— respondió él.
—Te ayudaré a levantarte— dijo Julia, levantando las mantas.
Andrés, con su