—Está bien. —Dijo él, besando la punta de su nariz. —Duérmete.
Se abrazaron y se quedaron dormidos.
*
Al día siguiente.
Cuando Andrés despertó, Julia ya no estaba.
Se vistió y bajó a buscarla.
Pero abajo todo estaba en silencio, solo Bianca atendía la tienda.
—Bianca, ¿dónde está Julia?—, preguntó Andrés.
Bianca respondió: —La señorita fue con Rodrigo a poner el puesto. Dijo que como hoy es Navidad, venderían las flores restantes y volverían.
Andrés frunció el ceño y salió hacia el pueblo a buscar a Julia.
Hoy, Julia llevaba un vestido blanco y su largo cabello trenzado en dos coletas.
Ya de por sí parecía joven, pero con las trenzas parecía una estudiante de secundaria, con sus labios rosados y su piel fresca.
Llegaron unos compañeros de clase de Rodrigo.
Eran dos chicos guapos que dijeron que venían a ayudar a Rodrigo. Al ver a Julia, quedaron impresionados.
—Rodrigo, ¿es tu hermana?—, preguntó Mariano, uno de los compañeros, con admiración en los ojos.
Los chicos de secundaria ya en