Mundo ficciónIniciar sesiónEl descenso fue el viaje más peligroso que habíamos hecho. Abandonar a la mayor parte de la legión era un riesgo monumental, pero necesario. Mientras Marcus y Eris preparaban el teatro de la decepción en la superficie, Kael y yo liderábamos a diez de los lobos más leales (una mezcla silenciosa de Ceniza y Draconis purificados) hacia las profundidades.
El ambiente cambiaba a cada metro. El hedor a moho y dolor se intensificó, y la niebla se convirtió en una sustancia casi física, fría y viscosa, que intentaba deslizarse en mi mente. Scylla había tejido su magia en la estructura misma de la tierra, creando un laberinto de sombras engañosas.
—El camino es un señuelo —envié a Kael, apretando su mano con una fuerza que







