72. La propuesta (L2)
Helios había ido al apartamento de Herseis a hablar con ella. Pero había visto al grupo de mujeres y aquel sujeto. Entonces, se había quedado a esperar, hasta que le había visto salir, ida y perdida. Caminaba entre la multitud, pero sus ojos estaban fijos en una única figura: Herseis. A lo lejos, en medio del bullicio de la ciudad, ella parecía desvanecerse, su energía consumida por el dolor y la desesperación. Todo su enfoque estaba en ella, en esa mujer a la que ahora reconocía completamente.
Sabía que Herseis estaba al borde del colapso, que el peso de los años de sufrimiento y humillación finalmente había llegado a un punto de quiebre. Entendía que la forma en que Herseis había salido corriendo, que algo terrible había sucedido allí. No tenía que adivinar demasiado; conocía el patrón. La vida había sido despiadada con ella, una y otra vez. No era nadie para ella y no debía involucrarse, pero algo en Herseis lo hacía querer intervenir. No podía permitir que siguiera viviendo en ese