Cumpleaños de María
La señora Rodríguez estacionó el auto en el estacionamiento exterior de la casa. El pórtico estaba decorado con adornos navideños, lo cual me permitió decir:

—Vaya, aún siguen en navidad.

—Me ha dado flojera quitar los adornos —respondió Oriana y vio los adornos con fastidio—. Quizás deba ponerme manos a la obra un día de estos, ya no estamos en navidad.

—Quizás, pero a veces vence la flojera.

En el jardín había un aspersor de agua que regaba las plantas, dibujaba una circunferencia y el rocío creaba un arcoíris. Uno que otro flamenco decorativo estaba enterrado en el pasto, que estaba bien podado. Los matorrales lucían cuidados y las flores exhibían su belleza. Paredes pintadas de amarillos crema, una mecedora bajo techo con un cojín para no malograr las nalgas y una mesita circular que parecía ser el apoyo de una futura bandeja con tazas de café. Había visto las sillas de plástico para los invitados. Parecía una representación barata de una casa de muñecas.

La casa era espaciosa
Ryztal Fernandez

¡Hola mis queridos lectores! He tardado un poco en publicar nuevos capitulos por cuestiones personales. Agradezco el apoyo que dan a esta obra. Gracias a ustedes se mantiene viva.

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