26. Nick siente culpa
— ¡Era un pobre animalito indefenso! — lo atacó sin poder contenerse. Golpeó repetidas veces su pecho.
La imponente figura de Nicholas Dos Santos no se movió ni un ápice. A cambio, la miró sin comprender de qué diablos estaba acusándolo.
— ¿Qué te pasa? ¿Te has vuelto completamente loca? — le tomó las muñecas para detenerla, pero ella se las arregló para zafarse. Estaba incontrolable.
— ¡No tienes corazón! ¿Cómo te has atrevido a tanto? — le gritó. Sus lágrimas aflorando de sus ojos.
— ¡No sé de lo que hablas! ¡Detente ya!
— ¡Si querías castigarme a mí lo hubieses hecho! ¡Insensible! ¡Cruel!
— ¡Calioppe, dije basta! ¡No sé de qué carajos me acusas!
— ¡Te odio! ¡Te odio, Nicholas Dos Santos! — bramó sincera.
Él abrió los ojos y volvió a tomarla de las muñecas. Esta vez con más fuerza. Y la pegó contra sí.
— ¡Suficiente, carajo! ¡Ahora mismo me vas a explicar de qué diablos estás hablando!
— ¡Suéltame! ¡Ojala hubiese podido evitar casarme con un ser humano tan despiadado como t