18. Nick cuida de su esposa
— Calioppe, Calioppe… — insistió con voz preocupada.
Ella estaba consciente, pero parecía no tener siquiera la fuerza suficiente para responder.
Escondió varios mechones de cabello que se le habían adherido al rostro y palmeó delicadamente una de sus mejillas.
Al ver que no respondía a nada, el preocupado brasileño cargo en peso el cuerpo de su esposa y la pegó protectoramente a él.
— Patrón, pero… ¡¿qué pasó?! — preguntó Lisandro, un tanto culpable.
¡Él tuvo que haberse asegurado de que esa muchacha llegara a la casa grande en perfecto y fue lo menos que hizo!
— No lo sé, la llevaré a la recámara — respondió sin mirarlo, y no se detuvo hasta que llegó a su destino.
Empujó la puerta con la cadera y depositó el débil cuerpo de su esposa sobre las sábanas tendidas, y como si ella hubiese estado esperando un milenio por eso, se quedó profundamente dormida.
Nick suspiró con las manos en las caderas, después se sentó a la orilla de la cama y la contempló con inexplicable adoración, evocand