PAPÁ CEO: 1. Un CEO amargado y una chica necesitada de trabajo
Thiago Da Silva volvió a Brasil luego de enterarse de que su sobrino estaba ingresado en el hospital de Río. No había vuelto a ver a su hermana desde la celebración de su boda, y eso ya había pasado hace seis meses.
No supo cómo se las ingenió para contactarlo en el apartamento que había comprado en Italia, pero lo hizo, y de alguna forma, le alegró escuchar su voz y que era muy feliz en su matrimonio con Nicholas, a diferencia de él, que se había refugiado en el alcohol y las mujeres durante la noche y el arduo trabajo en el día, olvidándose de dormir o de pensar en su oscuro y tormentoso pasado.
— ¿Un trago, señor? — preguntó la azafata de ojos rasgados y pechos exuberantes, sacándolo de sus cavilaciones. Alzó la vista. Ella sonreía.
— No por ahora, gracias — espetó, gélido, pero la mujer no se movió.
— ¿Quizás algo más? — propuso, coqueta. Había leído sobre el CEO Da Silva durante los últimos meses y no podía desaprovechar la oportunidad de cazarlo.
Thiago entornó los ojos. Ya