Benedict observa en silencio a la mujer que duerme. Sin darse cuenta, sus ojos se deslizan hacia su vientre. No se protegieron. La idea lo golpea con fuerza: ¿y si Bella queda embarazada? ¿Será eso lo que finalmente la haga volver con él?
Una sonrisa se asoma en su rostro, inesperada y casi ingenua. La posibilidad de que ella lleve un hijo suyo le provoca una mezcla de ternura e ilusión. Hace siete años, cuando estuvieron juntos, Bella también estaba embarazada. Jamás supo de quién era ese bebé, pero eso no importó. Al final, se enamoró de ella con la idea de formar una familia, con todo lo que implicaba: hogar, amor, estabilidad, una vida juntos. Pero todos sus sueños se desmoronaron cuando ella huyó. Se fue sin darle la oportunidad de explicarse, sin escucharlo. Desde entonces, el vacío ha sido su &ua