Bella entra en su oficina y se deja caer en la silla. Tiene el celular de Amalia en la mano y reproduce el video que ella le ha enviado. Observa con atención. La cámara muestra una figura encapuchada que irrumpe en el lugar donde estaba montado el trabajo para Olivia Castellar. No hay dudas: no es un robo. Es un acto premeditado de destrucción. Cada rincón del espacio aparece arrasado. Papeles rotos, muebles volcados, pinturas rasgadas. El estómago se le revuelve.
Suspira hondo. Esto no es un accidente ni una travesura. Es un ensañamiento. Alguien ha querido perjudicarla directamente. Pero ¿quién? ¿Y por qué?
Se queda sentada un rato, sin moverse, mirando la pantalla en negro tras finalizar el video. La pérdida es enorme. Semanas de esfuerzo, de inversión. Dinero, tiempo, presti