Capítulo 76. Etérea
El desayuno es sumamente incómodo para todos.
Nora habla más de la cuenta, como siempre, pero esta vez sus comentarios tienen una intención clara que todos en la mesa perciben. Intenta emparejar a Alessia con Álvaro. Lo hace de forma casi sutil, con halagos y observaciones que camufla de inocencia, aunque son todo menos inocentes.
—Álvaro, tú que eres tan caballeroso, deberías invitar a Alessia a nuestro haras a cabalgar. Ella ama los caballos —comenta mientras remueve su té.
Álvaro sonríe con cortesía. Es evidente que no está interesado. Es educado, sí, pero no responde a las insinuaciones, ni siquiera con una broma. Se limita a asentir y cambiar de tema.
—Sí, me han dicho que los establos están en muy buenas condiciones —dice, mirando a Benedict, buscando apoyo.
Pero Benedict no dice nada. Se limita a beber su café con la mirada perdida en algún punto de la tablet. Alessia, en cambio, se muestra encantada con la atención, aunque ni siquiera mira a Álvaro. Su sonrisa está bien coloca