Capítulo 72. Jerarquías
Los días pasan a toda velocidad, como si el tiempo tuviera prisa por avanzar y dejar atrás los escombros de lo que alguna vez fue normal. Para Isabella, esa prisa tiene sentido. Se ha volcado completamente al trabajo, casi con desesperación, como si llenar cada segundo de actividad le impidiera pensar en lo que de verdad la atormenta.
Los preparativos para la fiesta anual del clan Arrabal se hacen cada vez más evidentes: floreros, cajas con decoraciones, empleados entrando y saliendo con carpetas, listas y órdenes urgentes. Pero Isabella no se involucra. No le interesa. Se limita a cumplir con sus funciones en la empresa: reuniones, informes, llamadas, documentos que debe revisar y firmar. Luego se marcha. A veces a casa, a veces Megan pasa por ella y la arrastra a alguna merienda, insistiendo en que no puede vivir a base de café y nervios en su estado.
Sus tíos no han vuelto a llamarla ni a escribirle desde la última vez que les entregó dinero. Es como si, de momento, se dieran por s