El sonido metálico de las puertas del automóvil resonaba en la noche, marcando el inicio de lo que Natalia temía era una trampa. Los dos hombres que se habían aproximado a ellos eran figuras familiares, miembros de la seguridad de Montalvo Corp. Pero no eran simples empleados; eran los más leales a Esteban, aquellos que habían estado en su círculo más cercano durante años. El sudor comenzó a resbalar por la nuca de Raúl mientras observaba la situación volverse más peligrosa con cada segundo que pasaba.
Natalia no se dejó atrapar por el pánico. Había aprendido, en todos estos años de engaños y traiciones, a mantener la calma en las situaciones más extremas. Sin embargo, el hecho de que la seguridad de Montalvo Corp. estuviera involucrada solo podía significar una cosa: alguien dentro de la empresa había descubierto su plan, y ahora su vida estaba en peligro.
-Raúl, ¿qué está pasando? -preguntó Natalia en voz baja, sus ojos observando a los hombres que la rodeaban. Intentaba no mostrar