Capítulo 91 —Tratamiento antiemético
Narrador:
Ambos seguían en el sillón, respirando como si acabaran de correr una maratón. El cuerpo de Desirée temblaba aún, con los muslos húmedos y la piel erizada. Cédric la miraba como si fuera una visión peligrosa… o una maldita adicción.
Pero no duraron mucho así. Ella se puso de pie del sillón aún con las piernas temblando, pero con el fuego encendido en los ojos. No necesitó decir nada. Se giró apenas, y con una mirada de esas que no se discuten, le hizo un gesto con la cabeza. Cédric se puso de pie. Estaban ambos completamente desnudos, la piel aún húmeda, respirando rápido, los cuerpos marcados por el deseo. Ella caminó hacia el dormitorio sin mirar atrás. Él la siguió como se sigue a una condena deliciosa. Apenas entraron, Desirée se giró. Lo empujó con fuerza en el pecho hasta hacerlo caer sentado en el borde de la cama.
—No te atrevas a tocarme aún —dijo ella, con voz baja, ronca, desbordada de lujuria—. Voy a montarte hasta que no recue