Emily nuevamente ingresó a la oficina de William, esta vez se veía menos cariñosa, ajustó la puerta con fuerza y fue directo a él, William se sentó en el borde del escritorio, en su rostro marcó una leve sonrisa y se dispuso a escuchar.
—¡Se trata de mi madre! —comentó con la voz entrecortada—. Siempre te has mostrado con indiferencia hacia mis problemas, ha llegado la hora en que me brindes tu apoyo, eres la única persona que tengo y me duele que no pueda contar contigo.
»Siempre tienes una excusa, siempre me das la espalda, no es justo que actúes de esta manera conmigo —las lágrimas impregnaron sus mejillas.
—¡Ya vasta Emily! —exclamó William tomó con fuerza sus brazos, y luego la sacudió moviendo todo su cuerpo como si fuese un pequeño objeto.
»Ya me tienes harto con tus lamentos, es hora de que levantes el rostro y veas la realidad en la que vives; no puedes obtener ningún premio si no te esfuerzas para conseguirlo, no pudiste lograr algo tan básico como destruir a Logan y hacer