Los días fueron transcurriendo, James se mantuvo distante de Emily, de igual manera ella lo evitaba de sobremanera, a su vez mantenía al pequeño Liam alejado del hombre que la había atacado.
El mes anterior Emily no había puesto el dinero acordado en la cuenta de William, por supuesto en aquel mes tampoco lo iba a hacer, esperaba con ansias que se comunicara con ella, aquella mañana su teléfono sonó, algo en su interior deseaba que se tratara de William.
—Hola —respondió en un tono de voz bajo.
—Al parecer nuevamente te olvidaste de mí, no me has dejado de otra salida más que tomarme la molestia para acusar a tu hermano, o quizá no lo haga, mejor le pondré precio a su cabeza, logras imaginar lo que sus compañeros de prisión le harían a tu hermano por unos cuantos dólares.
—¡William!, escúchame con atención, te pagaré cinco veces más de lo que estás recibiendo solo si haces algo por mí —William respondió con una sonora carcajada.
—Pero que estúpida eres, no tenemos nada que negociar