Noah tenía claro lo que debía hacer, pero estar cerca de ella era una completa locura, su dulce mirada, sus candentes labios que lo atraían con fuerza; sin hablar de aquel delgado y sexy cuerpo.
«¡Al carajo!, se que debo hacerla sufrir, pero también me voy a divertir un poco», pensó Noah conectando la mirada con la suya.
Emily inspiraba en Noah de todo, menos confianza, lentamente dejó caer su rostro recostando sus labios contra los suyos, los ojos de Emily recorrieron el rostro de Noah, ella estaba enterada que jugaba con fuego, el temor era terminar quemada.
Lentamente Noah abrió la boca, sacó la punta de la lengua y acarició sus labios, Emily contrajo su abdomen sintiendo aquella caricia recorrer todo su cuerpo; ella no se pudo contener y lo besó, sus labios se unieron, sus lenguas danzaban sin detenerse.
Noah llevó una de sus manos sobre la cadera de Emily, la cual fue subiendo lentamente hasta llegar a uno de sus pechos, aquel pezón se encontraba rígido, con la mano acarició s