Gwyneviere estaba comenzando a impacientarse dentro de su celda. No se le ocurría una forma de escapar de allí, y su magia era inútil.
Nimh no había regresado a visitarla, y no sabía qué pensar al respecto de todo lo que habían vivido juntas.
- Oigan -dijo Graeme, haciendo que Gwyneviere volviera a la realidad-, en cualquier momento vendrá el autómata.
Habían pasado unos días, y Vandrell y Darion habían estado quitando rocas.