Ivan se encontraba estático, ante sus ojos el auto en el que había salido su jefe estaba haciendo reducido a una enorme llama de fuego, la vida de su jefe había terminado y de la peor manera, se sentía inepto, porque no vio venir aquel acto trágico.
—Ayuda, necesitamos ayuda —gritó una mujer y de inmediato Ivan y el resto de los hombres fueron a toda prisa.
Aquella pareja con todas sus fuerzas en sus brazos sostenía en el cuerpo de Dmitriy, Ivan sintió que toda su vida nuevamente volvió a tener sentido, al instante él y los hombres al servicio de Dmitriy ayudaron.
—Aún tiene pulso, pero es demasiado débil —comentó Ivan mostrándose preocupado por salvar la vida de su jefe.
El sonido de las sirenas era cada vez más fuerte, una vez que regresaron a la vía, los paramédicos esperaban para brindar su ayuda.
—Pero, ¿cómo se enteraron de este suceso? —preguntó Ivan.
—Hemos sido nosotros quienes dimos aviso a la línea de emergencias —respondió aquella mujer que sostenía uno de los brazos de Dm