—Mis propios técnicos quieren jugar sucio sabiendo de antemano que eso puede perjudicar a nuestra empresa. —La humana asintió—. ¿Viste algo más?
—Mire esto. —Le mostró algunas cosas que ni él mismo entendía del todo—. Estos son los modelos de las otras empresas. Aparecen en el buscador de cualquier página. Es muy probable que, si esto sale en la fecha acordada, una enorme demanda caiga sobre esta empresa.
—Tienes razón. —Se sentó en el piso, puso el brazo en una de sus rodillas y escrutó todo con ojo crítico—. En este momento quiero destruir muchas cosas, y una de ellas es matar a mis empleados.
—Lo lamento. —Anya se veía apenada—. ¿No debí decir lo que pasaba?
—Hiciste bien. Es mi culpa por querer confiar en las personas equivocadas.
—En verdad lo siento, pero no podía dejar que hasta en las cosas más pequeñas sus trabajadores estuvieran haciendo trampa. —Hizo una mueca—. Hasta ahora creo que es todo lo del juego. —Cambió a la de la seguridad, y todos los errores eran más evidentes—.