Cap. 97: Una herida abierta.
April abrió la puerta del apartamento con suavidad. Apenas entraron, la familiaridad de su hogar la envolvió, pero no le trajo alivio. Solo un peso más en el pecho.
—Voy a acostarme un rato —dijo en voz baja, sin mirar a nadie—. Me duele la cabeza.
Logan la observó con atención.
—¿Estás bien?
Ella forzó una pequeña sonrisa.
—Sí… solo es migraña. El estrés me la dispara. Necesito dormir un poco.
Él asintió, pero su mirada decía que no lo creía del todo.
April besó a Sienna en la frente, acarició el cabello de los niños, y caminó hasta su habitación. Cerró la puerta con un clic casi imperceptible… y solo entonces permitió que su rostro cambiara.
Se apoyó contra la madera, dejó caer los hombros, y las lágrimas le nublaron los ojos antes de que pudiera impedirlo.
No lloraba por amor. No por un corazón roto.
Lloraba por Nathan.
Por ese hombre que había estado cuando más lo necesitaba, cuando no tenía cómo pagar un hospital, cuando apenas podía mantenerse en pie después del parto. El que cu