Cap. 86: Rescatada.
Una mano se cerró sobre su boca. Otro brazo rodeó su cintura y la arrastró hacia un callejón lateral, ahogando su grito.
Marie forcejeó con fuerza, pataleando, hasta que el peso de su atacante se detuvo. La soltaron de golpe, como si el peligro se esfumara de pronto.
—¡¿Qué demonios…?! —alcanzó a decir, girándose con el corazón desbocado.
Y entonces lo vio.
—Nathan…
Él estaba allí. Respirando agitado. El rostro duro. La mandíbula tensa. Los ojos ardiendo.
—¿Qué haces aquí? —preguntó ella, con la voz desgarrada entre miedo y furia.
Nathan no respondió al instante. Su voz salió como un trueno apagado.
—Salvándote la vida.
Marie parpadeó.
—¿Qué…?
Él dio un paso más, la miró de arriba abajo, como asegurándose de que no estuviera herida.
—¿En serio piensas venderte por dinero?
El golpe fue directo. Sin filtro. Como un disparo al orgullo.
Marie levantó la mano y lo abofeteó con todas sus fuerzas.
—¡Yo no me vendo por dinero!
Nathan no se inmutó. Solo tragó saliva. El ardor en la mejilla no