Cap. 87: Si no es mío, no será de nadie.
El pent-house estaba sumido en una penumbra decadente. Las cortinas cerradas, las luces bajas, el aroma de velas perfumadas que no alcanzaban a tapar el olor del vino derramado en la alfombra. Megan caminaba descalza, con una bata de seda mal anudada, los labios manchados de rojo, el cabello recogido a medias como si el desorden fuera parte de su uniforme de guerra.
En el sillón, Hank la observaba con media sonrisa torcida, un cigarrillo apagado entre los dedos. Llevaba minutos ahí, silencioso, cómodo en la tensión.
—¿Qué quieres ahora? —bufó ella, sirviéndose otra copa, aunque sus manos temblaban.
—Nada —dijo él, encogiéndose de hombros—. Solo pensé que te gustaría saber dónde está tu querido Logan Montgomery, ya tengo información.
Ella giró lentamente la cabeza.
—¿Qué estás diciendo?
Hank se incorporó. Caminó hacia ella con la parsimonia de un verdugo que disfruta cada paso.
—Digo que el amor de tu vida… está en el apartamento de April Collins. Con sus hijos. Con ella.
Dejó que cada