Cap. 33: Logan está en el colegio donde estudian los hijos de April.
El aula de preescolar estaba llena de alboroto. Los niños se removían en sus sillas de colores, algunos con los delantales puestos al revés, otros con restos de plastilina en las manos, y varios murmuraban con la emoción desbordada por la noticia que acababan de darles.
La maestra Clara, una mujer dulce y enérgica, levantó la voz sobre el caos.
—Niños, escuchen. ¡Escuchen! Hoy haremos algo especial —anunció, agitando un pequeño frasco lleno de papelitos doblados—. Haremos un sorteo. Cinco de ustedes irán con la profesora de ciencias al huerto escolar para observar las plantas, regarlas y aprender sobre los insectos que ayudan a que crezcan.
Un murmullo de emoción recorrió el salón como una ola.
—¿Vamos todos? —preguntó Sienna, con su tono dulce pero firme, mientras se acomodaba la diadema de flores que insistía en llevar cada día.
—No, mi amor —respondió la maestra con una sonrisa—. Solo cinco niños. Será al azar, como una pequeña rifa. Mañana tocará a otros. Hoy les toca a los afortu