Cap. 231: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 42: El peligro asecha.
Axel se levantó y, tomándola de la mano, la guió fuera del comedor, bajo un cielo despejado que todavía olía a tierra mojada.
Aria caminó junto a él colina arriba hacia la cabaña, sintiendo que cada paso los acercaba no solo a la puerta, sino a un punto sin retorno.
La neblina comenzaba a descender entre los pinos, envolviendo el sendero en un halo misterioso. Axel avanzaba con paso seguro, sujetando la mano de Aria. No hablaban, pero el silencio estaba cargado de todo lo que el beso había despertado.
Cuando llegaron a la puerta de la cabaña, él se detuvo. La luz cálida que escapaba por las rendijas parecía invitarlos a entrar, pero Axel no se movió de inmediato. La miró, recorriendo su rostro como si quisiera memorizarlo.
—Estás helada —dijo, apenas rozándole la mejilla con los dedos. El contacto fue mínimo, pero suficiente para que ella sintiera el pulso desbocado.
—No es el frío… —murmuró, antes de arrepentirse.
La sonrisa ladeada de Axel fue lenta, pel