Cap. 168: Una noche con el jefe. Un bebé inesperado.
Cap. 7: Es solo por el bebé… ¿verdad?
Nathan volvió a sentarse frente a ella, con el tenedor aún en la mano, y la miró con intensidad antes de probar otro bocado.
—Está deliciosa —dijo, dejando que la voz se volviera más grave, más íntima—. Tiene ese sabor que no se consigue en ningún restaurante. Como si llevara recuerdos en lugar de especias.
Marie sonrió, bajando la mirada.
—No sabía que podías comer algo tan sencillo. Siempre te imaginé con chefs privados y platos que parecen arte abstracto.
Nathan dejó el cubierto a un lado, se limpió con la servilleta y respondió, con una calma que le heló la piel:
—Lo que es sencillo y honesto… sacia más que lo caro y vacío. Igual que las personas, Marie. A veces lo más valioso está en lo que no presume de serlo.
Ella sintió un latido rebelde en el pecho. No supo si era el embarazo o si era él, hablándole de esa forma que parecía tocarle el alma.
Nathan se puso de pie entonces, caminó hasta las bolsas que había dejado sobre la encimera y comenz