Cap. 155: Un castillo para mamá.
Nathan estaba de pie junto a la ventana, con la mirada clavada en el horizonte, como si buscara respuestas en la ciudad que no le daba ninguna. La puerta se abrió sin previo aviso, y no necesitó volverse para saber que era ella.
Lo supo por el modo en que se detenía al entrar. Por el leve perfume que reconocía incluso dormido. Por la punzada en el pecho que le nació apenas escuchó cerrarse la puerta.
Se giró despacio. Sus ojos chocaron con los de Marie. Ella estaba erguida, con el rostro sereno… demasiado sereno.
—¿Estás bien? —preguntó él, con voz baja, como si le costara respirar.
Marie asintió, sin sonreír.
—Solo vine a entregarte esto —dijo, caminando hasta su escritorio. Sacó un sobre blanco del bolso y lo colocó sobre la superficie pulida.
Nathan frunció el ceño.
—¿Qué es?
—Mi renuncia.
El mundo se detuvo por un instante.
—¿Renuncia? —repitió, como si la palabra fuera ajena—. No… No, Marie. No puedes hacer esto.
—Ya lo hice. A partir del lunes, trabajaré en Knight & Co.
Él se ace