Odell cruzó la puerta justo cuando Sylvia y Flint entraban en el salón.
Se quedó allí momentáneamente, alto y erguido, mientras la contemplaba a ella ya su bebé con una mirada profunda y amable.
Sylvia sonrió.
—Has vuelto.
Odell asintió y tarareó de nuevo.
Caminó hacia ella.
Sylvia quería sorprenderlo, por lo que le dijo a Flint en sus brazos:
—Flint, papá volvió.
Hizo hincapié en la palabra “papá” para decirle a Flint que llamara a su padre.
Flint miró a Odell y movió sus diminutos labios para pronunciar:
—Papá...
Los labios de Odell se curvaron en una sonrisa, su alegría reflejada en sus ojos.
Extendió la mano para tomar a Flint en sus brazos. Fingiendo ignorancia, le preguntó a Sylvia:
—¿Desde cuándo sabe decir eso?
Sylvia sonrió ante la expresión encantada de Odell.
—Lo llevé a la habitación de la abuela antes y de repente me llamó mami.
Odell enarcó una ceja.
—¿Dijiste “mamá” primero?
Sylvia notó los celos en su rostro. No pudo evitar el se