La mesa estaba decorada con dibujos doblados en forma de manteles individuales. Había velas —de las seguras, de batería— que parpadeaban con luz tenue, y una cartulina mal recortada que decía "Bienvenida Mamá" con letras disparejas y huellas de dedos como firma.

April tomó asiento entre Ethan y Dylan, mientras Sienna se instalaba frente a ella con sus flores reacomodadas en la cabeza. Logan sirvió los platos con cuidado, ayudando a cada uno, sin quitarle el ojo de encima a April. Ella lo notó, y aunque no dijo nada, sus mejillas seguían encendidas.

—¿Quién hizo los macarrones? —preguntó April, fingiendo tono de jueza.

—¡Yo! —respondieron los tres al unísono.

—Y papi también ayudó —añadió Sienna—. Aunque casi prende fuego a la cocina.

—Eso no fue exactamente así —replicó Logan, riendo mientras servía su propio plato—. Solo encendí dos quemadores al mismo tiempo por accidente.

—Y Maddy dijo que eso era “muy papá” —intervino Ethan.

April soltó una carcajada suave. El sonido era dulce, na