Cap. 118: ¡La mano de mamá se movió!
Marie respondió sin reservas. Lo había contenido por días. Por semanas. Tal vez desde aquella noche en que todo empezó. Y ahora, en ese espacio íntimo de la oficina, con el eco de sus respiraciones entre paredes de vidrio y sombras, la contención no tenía sentido.
Nathan la atrajo con urgencia controlada, sus manos en su cintura, en su espalda, en su rostro. La levantó con facilidad y la sentó sobre el borde del escritorio, deslizando los papeles con un gesto torpe.
Ella lo atrajo hacia sí, desabrochando su camisa sin detenerse a pensar. Solo sintiendo. Recordando. Deseando.
Sus bocas se buscaron con hambre. Sus cuerpos se alinearon como si el mundo entero fuera ese momento. Jadeos ahogados llenaron el aire. Las prendas cayeron, una a una, como excusas que ya no servían.
Y cuando se unieron, fue como una respuesta largamente postergada. Las embestidas fueron intensas, rítmicas, desesperadas por borrar la espera. Marie arqueó la espalda, atrapando un gemido en el cuello de Nathan. Él l