Narrador omnipresente
Helmut podía escuchar la pregunta que sin pensar había dicho y la respuesta de Aitana, como también, recordaba la mirada cargada de dolor de Aitana. Nuevamente, la había lastimado como en el pasado.Y esta vez, no había una maldición a la que culpar. Había cometido un grave error, lo sabía. Porque ella lo había mirado de la misma forma como lo hizo años atrás cuando firmó el divorcio y desapareció de su vida.Sabía que era capaz de cumplir su promesa de no volver a aparecer en su vida, porque los años que habían pasado buscándola, era un claro ejemplo de cuan buena era escondiéndose del hombre que solo sabe dañarla. — Rayos… — se limita a decir al saber el grave error que había cometido. — Señor, ¿fue un error de mi parte aparecer? — pregunta