Días después.
Amelie llevó al pequeño Denzel al hospital, lo había cuidado como cada día, y cuando llegó encontró a Edward bastante emocional.
—¿Qué sucede, Edward?
—No sé cómo decirlo, pero, han estado tratando de localizar a Lugh Ackerman, tu sobrino, pero no responde.
—Ah, es eso, es que fue de paseo a la casa del lago con los niños y su esposa, vuelve hoy por la noche, ¿¿Qué sucede?
El hombre estaba nervioso.
—Es que, Lugh es compatible con mi hija, èl puede ser donador de médula ósea para ella.
Los ojos de Amelie le miraron impactados, luego sonrió.
—Eso es maravilloso.
—¡Mi mami se salvará! Encontramos a un héroe, abuelito —dijo y corrió a abrazarlo, pero había algo en la mirada de Edward que inquietaba a Amelie.
—¿Qué pasa?
Cuando Denzel se quedó con su madre, ellos caminaron y hablaron.
—No sé si Lugh quiera hacerlo, tal vez no quiera someterse a este procedimiento.
—Pero, no es algo tan grave, mi sobrino es generoso y fuerte, sé que querrá, confía.
Esa misma noch