Niall caminaba de un lado a otro en el hospital, estaba muy desesperado, angustiado.
Lugh tocó su hombro, le pidió que se calmara.
—No puedo, si algo malo le ocurre a Cory, me volveré loco —dijo
Lugh negó.
—Cory siempre ha sido fuerte, así que tranquilo, ella va a estar bien.
El doctor apareció minutos después y Niall corrió hasta èl.
—¿Cómo está mi esposa, doctor?
—Ella está bien, ya está despierta, le vamos a recetar medicinas y una buena dieta, según los estudios tiene una ligera anemia, debemos tratarla para que no afecte el embarazo.
—¡¿Embarazo?! —exclamó Niall
Marbella y Amelie sonrieron felices.
—Sí, ¿no lo sabía? Su esposa está embarazada, tiene apenas siete semanas.
Niall negó, estaba perplejo, una sonrisa clara se enmarcó en su rostro.
—¿Puedo verla? Por favor.
El doctor asintió y lo llevó hasta ahí.
Marbella abrazó a Amelie.
—¡Felicidades, Amelie! ¡Serás abuela!
La mujer lloraba, pero sus lágrimas eran de absoluta felicidad.
Cuando Niall entró en la habitac